Financiamiento a largo plazo: qué es la emisión de acciones y las diferencias con la colocación de deuda
Una de las formas que tienen las compañías para obtener financiamiento es a través de la emisión de acciones.
En este caso, y a diferencia de otras alternativas de financiamiento, la empresa que emite acciones no está emitiendo deuda, sino que esta compartiendo el capital social con otros accionistas nuevos.
Justamente, el financiamiento con acciones es el proceso de obtener capital para una empresa mediante la venta de participaciones de propiedad.
En este caso, y a diferencia de la emisión de deuda en el que quien presta a la empresa se transforman en acreedores, los que compran acciones se convierten en accionistas y dueños parciales de la compañía.
La empresa decide vender una porción de su capital social en forma de acciones a cambio de dinero.
Generalmente, la emisión de acciones tiende a ser para financiar proyectos a largo plazo y no para la búsqueda de financiamiento para hacer frente a compromisos de trabajo.
Es decir, tiende a ser un financiamiento para inversiones de la compañía a mediano y largo plazo, tratándose generalmente de emisiones de mayor envergadura.
Cuando el inversor recibe las acciones se transforma en socio y con ello, adquiere derechos sobre la empresa tales como el cobro de dividendos y, en algunos casos, derecho a voto.
Si bien la empresa toma financiamiento, al no ser un préstamo, no existe la obligación de pagar intereses o devolver el capital en un plazo fijo.
Ello no quiere decir que la empresa no deba ganar dinero ya que, los accionistas, al ser socios de la empresa, esperan un retorno de su inversión.
Este tipo de financiamiento suele ser menos frecuente entre las compañías ya que, quien emite acciones está diluyendo su participación en la empresa.
En otras palabras, la empresa cede una parte de su propiedad y control a nuevos accionistas.
En el caso de que decida emitir acciones, la firma busca sumar socios que aporten nuevo capital y estén dispuestos a asumir el riesgo del negocio. Esto distingue el financiamiento con acciones de las otras alternativas, en las cuales los aportantes asumen el rol de acreedores.
Entonces, una acción es un instrumento financiero que cumple con dos finalidades. Por un lado, cubrir la necesidad de la empresa emisora de obtener liquidez y financiación para expandir su negocio o cubrir deudas, mejorando su situación económica. Por otro lado, la del inversor que busca oportunidades en el mercado de capitales para hacer crecer su patrimonio.
Existen 3 tipos de acciones: las acciones ordinarias, las acciones privilegiadas y las acciones preferentes.
Las ordinarias son las más habituales, otorgan derechos económicos y políticos, como por ejemplo derecho a votar en la asamblea, donde cada acción tiene derecho a un voto.
Por su parte, las acciones privilegiadas son acciones ordinarias que tienen derecho a más de un voto en la asamblea.
Finalmente, las acciones preferentes tienen ciertos privilegios económicos (como cobro de dividendos asegurados) pero menos derechos políticos, pues salvo circunstancias especiales carecen de derecho a voto en las asambleas de accionistas.