Cuando un emisor de deuda se encuentra con dificultades financieras para hacer frente a sus compromisos de deuda, esta generalmente opta por llevar a cabo un proceso de reestructuración de deuda. Este proceso consiste en renegociar condiciones de devolución de capital y pago de intereses de una deuda preexistente y la cual al emisor se le está siendo dificultoso poder pagar.
El emisor de la deuda puede ser tanto un país (deuda soberana) como un privado (una compañía que emitió obligaciones negociables u otros títulos de deuda)
Lo que se busca a lo largo del proceso es realiza una renegociación de los términos de la deuda vigente, alargando el periodo de pago o estableciendo unas condiciones más cómodas de pago, para intentar reducir el tipo de interés.
Las operaciones de reestructuración de deuda son beneficiosas, no solo para los deudores, sino también para los acreedores, ya sea un banco o acreedores de una deuda en el mercado financiero.
Esto se debe a que para los bancos y acreedores es mejor retrasar el cobro antes que iniciar un proceso de ejecución o declarar impaga la deuda.
Ante una reestructuración, el deudor debe hacerle una propuesta al acreedor para modificar el contrato vigente y cambiarlo por uno nuevo en el que se especifiquen las nuevas condiciones del acuerdo. Allí buscará extender el plazo, reducir los intereses mediante pagos fijos o disminuir la cantidad de pagos para cubrir el total.
La reestructuración de deuda se considera cuando no hay una opción viable mejor, pero es posible saldar la situación y no llegar a extremos en los que la situación es insostenible, financiera y económicamente hablando. Sobre todo, se suele pensar en llevar a cabo una reestructuración de deuda cuando existe un riesgo de incumplimiento u omisión del pago de la deuda.
El incumplimiento de las obligaciones de pago de una deuda, puede llegar a suponer perder el acceso a créditos o generar una mala reputación.
Por ello, en el caso de no haber cumplido las obligaciones financieras, o no tener el capital necesario, se debe llevar a cabo esta reestructuración. Así se puede saldar el endeudamiento y no tener mayores repercusiones, como tener que pagar intereses por sobrepasar el vencimiento de la deuda.
Reestructuración de deuda en las PYMES
Así como las grandes compañías y países pueden iniciar un proceso de reestructuración de sus deudas, también pueden hacerlo las PYMES.
La reestructuración y refinanciación de deuda empresarial es el proceso de financiación dentro de las PYMES en el que se retrasan los vencimientos de deuda con financiación suplementaria, debiendo gestionarse correctamente para tener un buen fin.
Si bien la reestructuración y la refinanciación de la deuda son opciones siempre preferibles al concurso de acreedores, una mala gestión de las mismas puede finalizar en el mismo escenario, debilitando aún más a la empresa.
Para conseguir los mejores resultados es necesario planificar adecuadamente cualquiera de los dos procesos. Y para eso es fundamental una cuidada reordenación de la estructura de la deuda.
Para esto, el proceso de reestructuración de deuda suele venir de la mano de un nuevo plan financiero y de negocio del total de la compañía, de modo que la futura deuda pueda ser pagable y evitar caer en un nuevo estrés financiero que conlleve a la PYME a un nuevo potencial incumplimiento.