En el normal funcionamiento de todas las compañías, el financiamiento termina siendo fundamental para que estas puedas crecer y desarrollarse a través del tiempo.
En ese sentido, saber cuánto financiamiento podría llegar a necesitar la compañía, así como también la mejor manera de aplicar dicho capital a los negocios de la compañía resulta fundamental.
En ese marco, toma protagonismo el plan de financiamiento, y en el cual se va a detallar las necesidades de capital que enfrenta el negocio y sus respectivas fuentes de financiamiento.
En el plan de financiamiento se evalúa el dinero que necesitará la empresa para finalizar exitosamente sus proyectos, contemplando de entrada los recursos financieros con los que ya cuenta la empresa para cubrir dichas necesidades.
Incluido generalmente dentro del business plan, este documento sigue siendo una de las mejores herramientas analíticas para determinar si un proyecto es viable o no. El mismo viene a apoyar la información consignada en el plan financiero.
Generalmente, un plan de financiamiento tiene varios propósitos. Entre ellos se destaca el de asegurar el punto de equilibrio del proyecto así como el de vigilar a largo plazo el mantenimiento del equilibrio financiero a nivel corporativo.
El primer paso para llevar a cabo un plan de financiamiento se inicia con la identificación de las necesidades financiamiento de la compañía. Este punto consiste en determinar lo que la empresa necesita para iniciar un negocio puntual y sus inversiones iniciales a prever.
La naturaleza de estas necesidades varía de una compañía a otra y, por ende, el plan de inversión de cada una es diferente.
El segundo punto dentro de la elaboración del plan consiste en calcular el capital de trabajo con el que cuenta la empresa.
El capital circulante es el resultado del desfase entre las entradas y las salidas. Dentro del plan de financiamiento, el cálculo de tus necesidades de capital de trabajo permite anticipar las acciones que serán necesarias para sopesar dicho desfase.
Posterior a estos dos primeros pasos, se suele identificar los recursos con los que cuenta la compañía. Es decir, el plan de financiamiento también incluye la mención de los recursos que tienes a tu disposición. Los tipos de recursos más comunes son el capital social, las contribuciones en efectivo, las contribuciones en especie, los préstamos bancarios, los aportes de los asociados, entre otros.
El cuarto paso se trata en considerar el plan de financiamiento plurianual. Este se basa en el plan de financiamiento inicial, proyectando luego las necesidades financieras de los próximos meses y años y sus respectivos costos
En este caso se incorpora los costos de acceder al financiamiento y se evalúa la conveniencia del negocio, determinando si los ingresos generados por la empresa van a ser superiores respecto del costo financiero.
El último paso consiste en la toma de decisión.
Dados los recursos con los que cuenta la compañía, contemplando también los gastos a incurrir y las necesidades de financiamiento, asumiendo sus respectivos costos, todo ello va a determinar la capacidad de la compañía de obtener nuevo financiamiento, devolverlo y ser rentable a la vez.
Si los costos financieros superan a los ingresos, los directivos de la compañía deberán tomar la decisión de reducir el monto del financiamiento a adquirir, o bien, a no tomar dicho préstamo.
En este paso también se determina, en el caso de tomar financiamiento, el tipo de instrumento con el que se va a recurrir a dichos recursos.
Los instrumentos para acceder al financiamiento a largo plazo son bonos, así como también acciones y préstamos bancarios estandarizados para las compañías.
El flujo de intereses y devolución de capital que consista dicho financiamiento va a determinar la conveniencia final de la empresa de endeudarse o no.
Llevar a cabo el plan de financiamiento antes de endeudarse resulta clave ya que la empresa podría estar tomando malas decisiones financieras, que en el peor de los casos, conduzcan a la misma a la quiebra.