Cuando una compañía emite títulos de deuda en el mercado, generalmente estas son evaluadas por calificadoras de riesgo. Las calificadoras de riesgo brindan información sobre la capacidad de pago y riesgo crediticio de los países, más conocida como una deuda soberana. También pueden evaluar a la deuda corporativa, y lo hacen tanto en pesos como en dólares.
Estas agencias evalúan una serie de factores fundamentales y, de esta forma, emiten una opinión del riesgo potencial de incumplimiento. Es decir, para estimar la probabilidad de incumplimiento de las obligaciones contractuales o legales, las calificadoras realizan un profundo análisis cuantitativo y cualitativo.
De esta manera, el trabajo de las calificadoras resulta similar a la evaluación crediticia a las que se someten las personas que solicitan un préstamo bancario. La información que proveen estas agencias es un insumo clave para las decisiones de inversión de inversores individuales asa como también de gestores de grandes fondos de inversión a nivel global.
Junto con la calificación, las agencias dan su perspectiva, la cual puede ser positiva, negativa o neutral. Esto indica cómo ven el panorama crediticio a futuro para el emisor. Si el cambio de perspectiva es positivo, esto atrae la inversión. Por el contrario, una perspectiva negativa representa una alerta sobre un mayor riesgo. Con ello, los cambios de perspectiva influyen directamente en la confianza de los inversionistas.
A nivel global hay tres grandes calificadoras de riesgo y estas son Fitch Raitings, Moodys y Standard & Poor’s (S&P). Las tres firmas tienen más de 100 años operando, siendo Standard & Poor’s la más longeva al ser fundada en 1860. Otra cosa en común que tienen estas compañías es que todas tienen su sede central en Nueva York. Existen dos categorías para agrupar las deudas dependiendo de la clasificación de riesgo.
La categoría “grado de inversión” se refiere al grupo de deuda con buena capacidad de pago, mientras que la categoría “grado especulativo” incluye las deudas con menor certeza de pago. Asimismo, dentro del grado especulativo se denomina junk bond (bonos basura) a las obligaciones con una muy baja probabilidad de repago y con altos retornos para compensar el riesgo. Este es el caso del gobierno argentino, luego de 9 defaults en su historia.
Entrando en detalle en cada calificación, cada calificadora tiene su propia nomenclatura, pero en general la calificación se mide con letras, entre más ‘A’ tenga es más segura y a medida que avanza el abecedario es más riesgosa. Las letras C y D indican la calificación más baja, estos emisores se consideran sin grado de inversión o basura, pues el riesgo de que incumplan con sus obligaciones es muy alto. Algunos países que se encuentran en esta situación son Argentina, República del Congo, Pakistán y Rusia.
Por otro lado, la calificación AAA es la nota más alta que otorgan estas firmas. Esta evaluación la tienen países como Alemania, Estados Unidos y Suiza.