El último informe de la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo del Ministerio de Economía de la Nación destacó que las pequeñas y medianas empresas (PyMES) representan el 99,4% del total de empresas del país.
Según dicho informe, las PYMES emplean al 64% de los asalariados registrados.
De esta manera, se corrobora que las PyMES son un pilar fundamental de la economía argentina.
Sin embargo, ello no las exime de enfrentar los múltiples desafíos económicos y financieros que plantea la macro local.
La volatilidad macroeconómica les plantea un desafío a las PYMES, por lo que deben estar permanentemente evaluando sus finanzas y un constante análisis sobre su contabilidad, con el objetivo de seguir creciendo a mediano plazo.
Para que las PYMES puedan subsistir y desarrollarse en el mediano plazo deben tener en cuenta sus fuentes de financiamiento de corto y de mediano plazo.
Para ello deben llevar a cabo un análisis detallado de sus finanzas. Esto implica realzar una evaluación del balance general, los estados de resultados y los flujos de efectivo, así como revisar los activos, pasivos, ingresos y gastos.
Además de las inversiones a mediano plazo, las PYMES deben verificar permanentemente la capacidad para cubrir obligaciones a corto plazo y la disponibilidad de efectivo para enfrentar las distintas situaciones de volatilidad macroeconómica.
Ya sea para gastos de corto plazo, como para las inversiones de mediano y largo plazo, las PYMES deben identificar cuáles son sus posibles fuentes de financiamiento y sus respectivos costos.
Las PYMES se pueden financiar en el mercado de capitales, así como también en el banco. Otra de las maneras en las que se pueden financiar es a través de aportes de capital de los socios.
Lo óptimo para las PYMES es que tengan fuentes de financiamiento accesibles y diversificadas para cada situación económica del país, aprovechando las herramientas que cada fuente de financiamiento ofrece.
Dentro del mercado de capitales existen productos como Cheques de pago diferido, Caución tomadora o Pagaré bursátil, que ofrecen opciones de financiamiento adaptadas a sus necesidades.
Por todo el trabajo que conlleva, contar con asesores de financiamiento es clave para el éxito de la compañía.
Contar con un asesor financiero ayuda a diseñar y gestionar portafolios diversificados de financiamiento que maximizan el retorno ajustado al riesgo, asegurando que las inversiones y el acceso al financiamiento estén alineados con los objetivos de la PyME.
Por lo tanto, la PYME no solo deberá explorar los distintos canales de financiamiento, sino que deberá saber cuándo es el mejor momento para aplicar cada uno de ellos.
Las tasas bancarias y las tendencias en el mercado financiero suelen cambiar permanentemente, por lo que contar con un especialista en la materia que sepa aprovechar al máximo cada una de dichas fuentes, en base al contexto, resulta indispensable.
El asesor financiero no solo deberá evaluar a qué tasa es la más conveniente para endeudarse, sino también a qué plazo y qué monto deberá endeudarse la compañía. Muchas veces, las PYMES aciertan en la estrategia de financiamiento, pero el monto al cual accedieron no estuvo en línea con las necesidades, pudiendo ser mayor o menor respecto del que efectivamente necesitaban.
Una adecuada gestión financiera es crucial para afrontar los cambios internos y externos que pueda enfrentar una PyME. Por ello, conocer bien las distintas fuentes de financiamiento y llevar a cabo estrategias para su correcta utilización son clave, siendo el asesor un punto clave dentro de dicha estrategia.